Un actividade máis do Día do Libro argallada hai unhas semanas atrás onde o alumnado debía debuxar nunha cuartilla a portada do seu libro favorito para logo colgala nos descansiños.
Hoxe penduráronse xunto na fachada do edificio para poder ser vista desde fóra ao longo de toda a fin de semana
Los restos radiactivos de dos reactores nucleares permanecen en el fondo del océano.
Al final
se realizan unas preguntas al Consejo de Seguridad Nuclear y al Ministro
de industria, que han sido puntualmente contestadas. También se ha
enviado una carta a ATOMICA (атомна) – Flota de submarinos atómicos de
la Federación Rusa, sin obtener respuesta
El K-8 era un submarino nuclear de
doble casco soviético de la clase November (código NATO), Kit ó Ballena,
desarrollado de acuerdo con el proyecto 627 A. Con una eslora de 107 m y
un desplazamiento en torno a 4000 Tm, fue construido en el astillero
de Severodvinsk, cerca de Arcángel, entrando en
servicio en 1960. Estaba asignado a la Flotilla del Mar Blanco, en la
bahía de Gremikha, a su vez perteneciente a la Flota del Norte, con base
en Severomorsk, cerca de Murmansk, en la península de Kola.
El 8 de abril de 1970, mientras realizaba, junto con otros buques, el ejercicio OKEAN-70,
el más grande jamás realizado por la armada soviética, para celebrar el
centenario del nacimiento de Vladimir Lenin, cerca del cabo
Finisterre, unos cortocircuitos provocaron unas chispas, a causa de las
cuáles se desarrollaron dos fuegos simultáneos en el sistema de aire
acondicionado de los compartimentos tercero (central) y séptimo,
mientras se encontraba en inmersión a una profundidad de 120 m. Los dos
reactores nucleares de agua a presión tipo VM-A ó PWR, de 70 Megavatios
cada uno, fueron apagados. El submarino pudo emerger, pero la
tripulación fue incapaz de extinguir los fuegos. Los sistemas de
emergencia de los reactores nucleares resultaron dañados y dejaron al
submarino sin capacidad de generar energía. Los generadores diesel
auxiliares se pudieron arrancar, pero sólo por un corto espacio de
tiempo. La sala de control y los compartimentos vecinos se vieron llenos
de humo a consecuencia del fuego. Mientras el submarino era remolcado
hacia su base en medio de vientos extremadamente fuertes y condiciones
de mar muy duras, el agua empezó a entrar. Se sopló aire a los tanques
de lastre principales en un intento de mantener a flote el navío. El 10
de abril los depósitos de aire comprimido estaban vacíos y el agua
comenzó a inundar los compartimentos siete y ocho. Al atardecer del día
diez los supervivientes de la tripulación fueron evacuados al buque
búlgaro «Avior». A las 06:20 de la mañana (hora de Moscú) del 12 de
abril el submarino se hundió a consecuencia de la pérdida de estabilidad
longitudinal, por inundación de los compartimentos de popa del casco de presión. Algunos
testigos afirman que en el momento de hundirse el buque
se produjeron violentas sacudidas, debidas a choques hidráulicos
o golpes de ariete, de incierto origen (*). Como resultado del accidente
murieron 52 personas, incluido el capitán del navío, Vsevolod
Borisovich Bessonov. Sobrevivieron 73 marinos. La actuación de los
miembros de la tripulación, muchos de los cuáles pagaron con su vida,
evitó una explosión nuclear térmica a unos
pocos cientos de kilómetros de la costa europea, ya que consiguieron
establecer la protección de barras de control de emergencia de los
reactores nucleares. Los detalles de este accidente permanecieron secretos hasta el año 1994.
(*) Explosión de las baterías,
explosión de los tanques de aire comprimido, aplastamiento del casco de
presión del submarino por sobrepresión, explosión de los depósitos de
combustible, explosión del hidrógeno liberado por fractura térmica del
agua debida a la elevada temperatura de la fusión de los núcleos de los
reactores (poco antes de hundirse las mediciones de radiactividad daban
valores muy elevados), o detonación de la cabeza de alguno de los
torpedos, incluso los nucleares.
submarino K-8 fotografiado por la U.S. Navy poco antes de hundirse cerca de la costa española
Este submarino se había visto envuelto
en otro grave accidente el 13 de octubre de 1960 mientras realizaba
ejercicios en el mar de Barents, cuando se produjo una fuga en los
generadores de vapor y en una tubería que llevaba a la recepción del
condensador, produciéndose una pérdida de líquido refrigerante. El
equipo para bloquear esas fugas estaba dañado. La tripulación empezó a
trabajar para detener la fuga. Montaron un sistema provisional para
suministrar agua a los reactores y asegurar su enfriamiento con el fin
de evitar el riesgo de fusión de los núcleos. Grandes cantidades de
gases radiactivos se fugaron, contaminando la totalidad del navío. La
verdadera actividad de los gases no pudo ser determinada debido a que la
instrumentación de medida no podía llegar a esa escala de nivel y sólo
funcionó hasta determinado umbral. Tres miembros de la tripulación
sufrieron daños visibles por radiación, y de acuerdo con los expertos en
radiación de Moscú, algunos miembros de la tripulación fueron sometidos
a dosis por encima de 2 Sievert (200 rem).
La primera pérdida de un submarino
nuclear por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se produjo
después del hundimiento de los submarinos nucleares de los Estados
Unidos de América USS Thresher (SSN 593), en 1963, y USS Scorpion, (SSN
589), en 1968. El primero de ellos hundido 350 km al este de Cape Cod,
Massachusetts, tras haber implosionado debido a la excesiva presión
entre 400 – 610 m de profundidad, después de la rotura de una junta de
una tubería mientras realizaba pruebas. El segundo hundido 740 km al
suroeste de las islas Azores, por causas no muy claras.
Los restos del submarino nuclear K-8,
incluyendo sus dos reactores nucleares y cuatro torpedos nucleares a
bordo (probablemente llevaba otros 16 torpedos con cabeza convencional,
hasta completar su dotación de 20 torpedos), permanecen sobre el fondo
marino en las cercanías del Golfo de Vizcaya, a 4680 m de profundidad,
490 Km al noroeste de las costas de Galicia. Las coordenadas geográficas
de su posición están en poder de las autoridades navales rusas {en
«Réquiem [por las víctimas del golfo de] Vizcaya (K-8)» – «Бискайский
реквием (K-8)»(Ver más adelante), en el capítulo «Noche fatídica» –
«РОКОВАЯ НОЧЬ», se habla de las coordenadas 48° 0.5′ N, 18° 54′ W y
profundidad de 4125 m para informar a las 7.07 de la muerte del
Comandante del Submarino}. La U.S. Navy también las conoce, ya que lo
fotografió poco antes de hundirse. Las distintas fuentes que he
consultado no se ponen de acuerdo en la situación donde se encuentra el
pecio.
Ubicación Submarino K-8. En azul de acuerdo con «Réquiem Vizcaya». En Amarillo de acuerdo con otras fuentes
De acuerdo con el Acta Final de la
Comisión de Investigación, el submarino se fragmentó en pedazos por
aplastamiento del casco de presión, debido a la excesiva presión, a
partir de los 300 metros de profundidad, recorriendo un largo camino de
4125 metros, hasta chocar contra el lecho marino, donde se esparcieron
sus trozos (ver vídeo 1 y «La comisión estatal comienza el trabajo» –
«ГОСУДАРСТВЕННАЯ КОМИССИЯ ПРИСТУПАЕТ К РАБОТЕ» en el citado «Réquiem
Vizcaya»).
Aunque es posible reflotar los restos
de los reactores nucleares, en aguas profundas, tendría un enorme coste.
En 1974 los americanos rescataron partes importantes de un submarino
soviético, el K-129, hundido a 4900 m de profundidad. No está claro si
es conveniente hacerlo. La probabilidad de que se produzcan pérdidas por
radiación es pequeña debido a que las pastillas de combustible nuclear
están rodeadas por una aleación que sufre una lenta corrosión.
La primera barrera para evitar la liberación de radionucleidos en
caso de un accidente que involucre un submarino nuclear es el vaso
presurizado del reactor, que está diseñado para contener las sustancias
radioactivas durante condiciones normales o en caso de accidente y
se espera que limite o retrase la liberación de radionucleidos en el
medio marino. En unos mil años la mayor parte del material radiactivo
sufrirá un decaimiento antes de pasar al medio ambiente. El material
radiactivo de los torpedos tiene un escudo protector.
Todas las garantías de seguridad
anteriores quedan rotas por las extremas condiciones por las que han
pasado los reactores. Surgen muchas incertidumbres acerca de lo que está
sucediendo en las profundidades marinas. ¿Podemos estar tranquilos o
existe riesgo de contaminación radiactiva del medio marino en el Golfo
de Vizcaya? ¿En qué estado se encuentran los reactores nucleares?
¿Cuántas cabezas nucleares hay entre los restos? ¿Dónde está exactamente
el pecio?
En «Inventario de accidentes y
pérdidas en el mar que involucran material radiactivo» (ver más
adelante), se exponen varios casos de accidentes nucleares de submarinos
y otros que no lo son. En el caso de los dos submarinos americanos, en
algunos casos de los submarinos rusos, e incluso en el caso de las
bombas atómicas de Palomares, se realiza una monitorización marina de
los restos, se ha determinado si existe liberación al medio de
radiactividad y se han realizado estimaciones y mediciones de la
Actividad liberada al medio. En el caso del submarino K-8 no consta que
se estén haciendo ningún tipo de estudios ni mediciones.
La «Flota de submarinos atómicos de la
Federación Rusa» es la propietaria en derecho marítimo de los restos
del submarino. He preguntado a los organismos españoles competentes en
la materia acerca del riesgo medioambiental de los mismos. Además he
hecho las siguientes preguntas :
¿Se realiza monitorización marina de los restos?
¿Se ha determinado si existe liberación al medio de radiactividad?
y ¿Se han realizado estimaciones y mediciones de la Actividad liberada al medio?
El Consejo de Seguridad Nuclear da la siguiente respuesta:
«Estimado señor:
En relación con los restos de dos
reactores nucleares del submarino soviético K-8, hundidos cerca de las
costas españolas en 1970, le indicamos que el Consejo de Seguridad
Nuclear no ha realizado determinaciones directas ni estimaciones de liberación al medio de radiactividad.
La información actualizada sobre
concentración de radionucleidos en el mar, disponible en el Consejo de
Seguridad Nuclear, es la correspondiente a su red de estaciones de
muestreo, que detectaría las posibles variaciones en las concentraciones
de actividad en las aguas españolas, que no tuvieran origen en los
vertidos líquidos autorizados que se realizan desde territorio español.
Esta red cuenta con 7 estaciones
en el Océano Atlántico (15 para todo el litoral español) que toman
muestras de forma trimestral y, hasta la fecha, en las muestras
analizadas, las concentraciones de actividad son similares a las del
resto del litoral, detectándose únicamente isótopos de origen natural.
Como consecuencia de no haberse
detectado concentraciones de radionucleidos que hagan sospechar
dispersión de los materiales procedentes de los reactores, el Consejo de
Seguridad Nuclear continúa desarrollando su programa habitual de
vigilancia en la costa atlántica.
Un saludo
Comunicaciones»
El Ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria López remite la siguiente carta:
En atención a su solicitud, tengo el placer de remitirle la información solicitada. Muchas gracias. Un cordial saludo,
José Manuel Soria López Ministro de Industria, Energía y Turismo
Se realizó también una pregunta acerca del riesgo medioambiental a ATOMICA (атомна) – Flota de submarinos atómicos de la Federación Rusa, en una carta como la que se muestra a continuación, sin obtener respuesta.
Buenos días.
Soy español. De Vigo, a 500 km de
distancia de donde está hundido el submarino K-8. Ante todo mis
condolencias a los familiares de las víctimas. Los restos de los
reactores nucleares. ¿Son peligrosos para nuestras aguas?¿El gobierno de
Rusia hace estudios de la posible contaminación en el golfo de Vizcaya?
Я Испанский. Де Виго, 500 км от места,
где он затонул подводная лодка К-8. В первую очередь мой соболезнования
семьям погибших жертвами. Остатки ядерных реакторов. Являются ли они
опасны для наших водах? Правительство России делает возможным изучение
загрязнения в Бискайском заливе?
En Rusia es bien conocida esta
catástrofe, teniendo los protagonistas una consideración de héroes, y
hablándose de ello incluso en televisión. Sin embargo en España, así
como en otros países que pudieran estar afectados (Reino Unido, Francia,
Portugal e Irlanda), con otras connotaciones, se sabe bien poco.
Los venenosos restos de este submarino
nuclear, cazador de submarinos nucleares, bien ganada su fama de
fabricante de viudas, convertido en sarcófago donde yacen los
radiactivos, e incorruptibles, cuerpos de sus tripulantes muertos,
contaminarán las aguas del Golfo de Vizcaya y sus cercanías por los
siglos de los siglos. Aunque, por lo menos, parece que las aguas
españolas están a salvo.
Actividad total de los dos reactores nucleares 9,25 PBq (PetaBecquerelios [1015 Bq])
Actividad total de las cabezas nucleares de los torpedos 30 GBq (GigaBecquerelios [109 Bq])
Este hundimiento, junto al primer
accidente, fueron dos de tantos de esta infame clase de submarinos
November o Ballena, apodados en la marina rusa «Hiroshima», de cuyos
restos está sembrado el fondo del océano. Fueron construidos a toda
prisa y tenían un montón de defectos.
Reactor nuclear marino ruso de primera generación, tal como los dos que tenía el submarino K-8