Dentro de la categoría de las especies marinas, existe una subcategoría que engloba a todos aquellos animales que habitan en las zonas más profundas del océano: la conocida como fauna abisal. Estas especies se han adaptado a las condiciones más extremas que la naturaleza puede ofrecer. Y eso ha provocado que hayan desarrollado una apariencia y unos rasgos que solo se pueden calificar de “monstruosos”.
Entre las características más comunes entre los peces abisales podemos encontrar:
Ojos en la oscuridad
A partir de los 200 metros de profundidad, no llega ni un solo rayo de luz solar. Estos animales nacen, comen, se reproducen y mueren en la más absoluta oscuridad. Lo que ha provocado que la evolución haya hecho mella en sus ojos. Por un lado están aquellas especies que son casi ciegas y que suelen tener unos ojos muy pequeños y muy poco desarrollados. Sin embargo, y aunque no tengan una buena visión, estas especies sobreviven gracias a sus otros sentidos, como el olfato o el tacto.
Por otro lado están aquellos animales a los que les ha ocurrido exactamente lo contrario, y han desarrollado unos globos oculares de gran tamaño e increíblemente sensibles, con los que son capaces de captar los leves destellos de la luminiscencia de otros animales de las profundidades.
Cuerpo blando
La presión atmosférica va aumentando exponencialmente a medida que aumenta la profundidad. Por ese motivo, los cuerpos de estos peces deben estar preparados para soportar presiones que rondan las 600 atmósferas terrestres (aunque pueden llegar a ser mucho más grandes). Para conseguirlo, sus cuerpos están llenos de agua. Lo que hace que se equipare la presión de dentro y de fuera del cuerpo. Esta circunstancia hace que tengan una textura muy gelatinosa y que cuando son sacados a la superficie, pierdan toda su consistencia y den la sensación de “derretirse”
Mandíbulas terroríficas
A esta profundidad, el alimento es muy escaso. Ni siquiera existen organismos vegetales autóctonos. Lo único que pueden echarse estos animales a la boca son los desechos que caen desde la superficie y a otros peces. Esa es la razón por la que han desarrollado unas mandíbulas absolutamente terroríficas, con unas bocas desproporcionadamente grandes respecto al resto de su cuerpo y con unos dientes enormes y filosos. En su defecto, todos ellos han desarrollado unas avanzadísimas técnicas de ataque, defensa y camuflaje
Fauna abisal
Solo conocemos a una pequeña parte de las especies que habitan el fondo marino. Y las últimas investigaciones sugieren que, contrariamente a lo que se solía pensar, la diversidad de los fondos marinos es hasta tres veces superior que la de la columna de agua. A continuación, podrás encontrar algunas de las especies conocidas más interesantes, temibles y monstruosas que habitan en las profundidades del océano:
1. Pez pelícano
Son muy pocos los seres humanos que han sido capaces de estar en presencia de un Eurypharynx pelecanoides. Y es que, este pez abisal con forma de anguila vive entre los 500 y los 7.600 metros de profundidad. Mide aproximadamente un metro de largo y tiene una boca absolutamente desproporcionada respecto al resto de su cuerpo. Tanto es así que el pez pelícano es capaz de engullir a un animal más grande que él mismo. Como suele ocurrir con las criaturas del fondo marino, posee un órgano luminiscente en la cola que le sirve para atraer a sus presas.
2. El demonio del mar
El Caulophryne jordani es el perfecto ejemplo de lo lenta, y a la vez de lo terrorífica, que es la vida de las profundidades marinas. Se mantiene entre los 700 y los 3.000 metros de profundidad durante toda su vida. No se mueve mucho, y si lo hace, lo hace muy lentamente... de ahí su aspecto poco aerodinámico. Su truco para alimentarse son los filamentos que recorren todo su cuerpo. Son tremendamente sensibles y pueden detectar la más mínima vibración a su alrededor. De esta forma, cualquier animal que se acerque más de la cuenta, no tendrá tiempo para contarlo; porque el demonio lo engullirá con su enorme boca al instante.
3. El calamar colosal
El Mesonychoteuthis hamiltoni es un tipo de calamar que puede llegar a medir hasta 15 metros y pesa casi unos 750 kilos. Lo que lo convierte en el invertebrado más grande de la naturaleza. No se sabe mucho de él. Lo que sí se sabe es que son carnívoros y -posiblemente- caníbales, porque se sospecha que se comen a otros calamares. Suele habitar a unos 2.200 metros de profundidad y rara vez sube a la superficie. De hecho, solo se han encontrado 6 ejemplares de esta especie a lo largo de la historia.
4. Pez gota:
El Psychrolutes marcidus es -literalmente- el bicho más feo del mundo, un premio otorgado por la ‘Ugly Animal Preservation Society’. Habita a los 4.000 metros de profundidad, por lo que su cuerpo debe estar preparado para soportar una presión enorme... de ahí su aspecto gelatinoso y sin musculatura. Además de tener unos huesos tremendamente endebles y un tamaño bastante escaso (unos 30 centímetros), tampoco tiene dientes.Sin embargo sí que es capaz de alimentarse, ya que principalmente ingiere cualquier materia comestible que flote en su camino.
5. Tiburón de seis branquias
Las seis branquias del Hexanchus griseus dan fe de que se trata de que se trata de un escualo muy primitivo, ya que las especies de tiburón más “modernas” poseen únicamente cinco. Estos tiburones recorren el fondo marino de día, a profundidades de hasta 2.500 metros, y por la noche suben a la superficie para alimentarse. Pueden alcanzar longitudes de entre 5 y 6 metros con una dieta basada en otros tiburones, rayas, calamares, cangrejos y de vez en cuando focas. El ejemplar más grande que se ha capturado hasta el momento pesaba 1.000 kilos y se encontró en Alicante.
6. El “Diablo Negro”
Si nos imaginamos un animal terrorífico de las profundidades marinas, posiblemente la primera imagen que nos vendrá a la cabeza será la del Melanocetus johnsoni, más conocida como “el diablo negro”. Lo más llamativo de este animal, que suele habitar profundidades de unos 4.000 metros, es que tiene un órgano bioluminoso en el extremo de un apéndice sobre la cabeza que emplean para atraer a las presas a sus temibles fauces.
Aunque lo que más llamó la atención de los científicos que empezaron a estudiar a esta especie es la enorme disparidad en los tamaños de machos y hembras: mientras que las hembras tienen un tamaño de unos 18 centímetros, los machos miden algo menos de 3 centímetros. De hecho, los primeros investigadores que los estudiaron creían que los machos eran -en realidad- unos parásitos.
7. Pez víbora
Este pez abisal, cuyo nombre científico es Chauliodus sloani, habita en profundidades de hasta 4.400 metros y alcanza un tamaño de 25 centímetros. Lo más llamativo de este pez es que tiene unos dientes que -literalmente- no le caben en la boca. De hecho, esta es su principal ventaja y, a la vez, su principal desventaja. Por un lado, si consigue hincarle el diente a cualquier otro pez, este no será capaz de escapar de sus fauces. Pero, por este mismo motivo, si ensarta a un animal demasiado grande no podrá zafarse de él.
8. El cangrejo gigante japonés
Macrocheira kaempferi está considerado el artrópodo más grande de la Tierra. El cangrejo gigante japonés busca su alimento en el fondo marino, a profundidades de hasta 3000 metros. Estos gigantes de largas patas y originarios de las aguas profundas de Japón pueden llegar a medir hasta 3,7 metros de diámetro con las patas extendidas.
9. El tiburón anguila
Es extremadamente raro toparse con uno de estos animales, ya que suelen habitar profundidades de hasta 1.500 metros de profundidad. Es lo más parecido a un fósil viviente, ya que comparte muchos rasgos con sus antepasados más primitivos. Y a diferencia de lo que suele ocurrir con el resto de tiburones, que se caracterizan por tener una “belleza temible”, este escualo no tiene nada de bonito.
Su poderosa mandíbula tiene unos 300 dientes de forma curvada, lo que significa que una vez que enganchan a su presa... esta lo tiene francamente difícil para escapar. Eso sí, el tiburón anguila no mastica, simplemente engulle. Otro dato curioso de este tiburón, es que tiene el periodo de gestación más largo de todos los vertebrados, con embarazos que superan los 3 años y medio.
10 Pez de cabeza transparente
A diferencia del resto de especies de esta lista, este pez no baja a tanta profundidad como el resto, pero si hablamos de los animales más “monstruosos” de las profundidades marinas, no podemos olvidarnos del Macropinna microstoma, que es una criatura que tiene -literalmente- la cabeza transparente... lo que le convierte en uno de los animales más llamativos que pueden encontrarse en la naturaleza.
A primera vista, los dos orificios que tiene encima de la boca pueden confundirse con unos ojos que le dan un aspecto simpático... pero no es así. En realidad, esos dos orificios oscuros son sus conductos olfativos, y sus ojos son esas dos esferas de color verde que se encuentran en el interior del cráneo. Su peculiar anatomía hace que sea francamente complicado pillar desprevenido a ese animal, porque sus globos oculares intracraneales tienen una visión periférica enorme.
11. Nautilos (Nautilus pompilius)
También tiene unos tentáculos con los que recoge animales muertos del fondo marino y los guarda en su concha. Sus huevos, de 5 centímetros, son los más grandes dentro de los animales invertebrados y tardan un año en eclosionar.
12. Isópodo gigante (Bathynomus giganteus)
Existen unas 5.000 especies de crustáceos del orden Isopoda, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. Tienen dos pares de antenas, ojos y 4 mandíbulas. El cuerpo está dividido en 7 segmentos con 7 pares de patas para caminar, aunque bajo a los abdominales tiene 6 pares más que le sirven para nadar y respirar.
Miden unos 70 centímetros y viven en aguas frías a casi 2.500 metros de profundidad en el Pacífico y el Atlántico. Es un animal carroñero y se alimenta de ballenas, peces y calamares muertos.
13. Pulpo gigante del Pacífico (Enteroctopus dofleini)
Es un depredador solitario y es el pulpo más grande que existe. El mayor registrado pesaba 272 kilos y medía 9 metros.
Es capaz de cambiar de color para camuflarse con el entorno y su chorro de tinta es mortal para otros pulpos. También puede perforar a sus presas con el pico. Tiene 3 corazones, 9 cerebros y vive de 4 a 5 años.
14. Pez víbora (Chauliodus)
Viven a más de 900 metros de profundidad y existen pocas imágenes de la especie. Tienen mandíbulas articuladas que se abren en un ángulo de hasta 90 grados, con dientes en forma de aguja, son los dientes más grandes en relación a su cabeza.
Son nativos de Australia y tienen unos 40 millones de años de antigüedad.
Tienen una multitud de apéndices amarillentos o verdosos que hacen que puedan camuflarse como algas. Mide unos 30 centímetros, aunque puede llegar a los 50. Es de la familia de los caballitos de mar y las agujas de mar, se encuentra en al este de Australia, según National Geographic.
9 de los animales más extraños y terroríficos del mundo y dónde habitan
Se alimenta de unos diminutos crustáceos llamados piojos de mar y, como los caballitos de mar, son los machos de la especie los que incuban los huevos.
Se trata de una familia con 9 especies diferentes, todos peces de hocico largo y sin escamas, que viven en aguas frías de hasta 600 metros en el hemisferio sur.
Se cree que su origen está en Sudáfrica y muda la piel como un reptil.
Según National Geographic son los mayores artrópodos de la Tierra y viven a profundidades de 300 metros, aunque se ha llegado a encontrar a 550 metros en las aguas del Pacífico, cerca de Japón.
Pueden llegar a medir 3,5 metros desde la punta de una pinza hasta la punta de la otra y llegan a vivir 100 años.
18. Tiburón martillo gigante (Sphyrna mokarran)
Vive a unos 300 metros de profundidad y puede encontrarse en prácticamente todos los océanos. Llega a medir 5 metros y medio y su cabeza evolucionó con esta forma para maximizar su capacidad de detectar a sus presas mediante cambios químicos, térmicos y eléctricos.
Las hembras tienen hasta 56 crías que eclosionan dentro de su cuerpo.
Pese a su extraño aspecto, es un feroz depredador que vive en los arrecifes de El señuelo en forma de pompón que tiene sobre su cabeza le sirve para atraer a sus víctimas.
Nada a casi 4.000 metros de profundidad y cuando es de noche sale a la superficie parae alimentarse.
Mide cerca de 5 metros de longitud y se alimenta de rayas, calamares, cangrejos y otros tiburones.
Es un gran depredador que pone hasta 2 millones de huevos al año. Habita en el Océano Índico, y por culpa del comercio de acuarios de las aguas del Atlántico y el Caribe se están apoderando de las especies autóctonas.
Cuenta con unas 32 espinas de colores brillantes y venenosas que pueden provocar desde sudoración hasta una parálisis.
Habita en aguas profundas del Mediterráneo y el Atlántico. Tiene la boca, orificios nasales y ojos en la parte superior de la cabeza, lo que le permite detectar a sus presas desde abajo, elevarse rápidamente y atacar.
Además, el pez rata emite descargas eléctricas y veneno.
Vive en el Atlántico Norte, de 1,5 metros de largo y dientes de extraños, vive entre las rocas a unos 500 metros de la costa.
Se alimenta a base de cangrejos, erizos de mar y moluscos, aplastando las cochas de estos animales con sus fuertes mandíbulas.
24. Quenlla volante
Coñecido tamén como quenlla anguía ou clámide, a quenlla volante é unha as especies máis antigas, xa que aínda conserva algunhas das súas características primitivas. A súa cor é marrón escuro, pode alcanzar unha lonxitude de ata 4 metros e conta con aletas dorsais, pélvicas e anais.
O seu nome vén dos volantes que rodean aos seus hendiduras branquiales e adóitanse alimentar de cefalópodos, outras quenllas e algúns peixes.
Ademais, a súa estratexia de caza é similar ás das serpes, xa que dobran o seu corpo e abalánzanse sobre a súa vítima. O seu hábitat é moi irregular nos océanos Atlántico e Pacífico.
Este sen dúbida é un dos animais mariños máis estraños. De feito, o que poucos saben é que o seu aspecto gelatinoso débese a que este tipo de peixe vive a uns 1.000 metros nas profundidades do océano, onde a presión é moito maior, por iso é polo que o seu corpo teña unha densidade menor que lle permita flotar no fondo mariño case sen gastar enerxía nos seus movementos.
Por outra banda, o Blobfish ou peixe mancha, como tamén é alcumado este simpático animal, vive en zonas de Nova Zelandia e Australia, aínda que practicamente é un descoñecido debido á inaccesibilidade do seu hábitat.
Este precioso peixe de pequenas manchas é o Arothron meleagris, pertencente á familia Tetraodontidae na orde dos Tetraodontiformes.
A súa cabeza é de forma roma con fuciño curto e ten uns dentes bastante grandes para o seu tamaño. Pode chegar aos 65 centímetros, dispón de aletas dorsais e anais, así como dunha aleta caudal longa e redondeada.
Outra curiosidade, é que cando este animal atópase en perigo, é capaz de absorber auga inchando o seu corpo ata converterse nunha gran esfera para así impor máis aos seus depredadores.
A súa distribución abarca desde o África Oriental ata a illa de Pascua, concretamente en climas tropicais por áreas con arrecifes de coral.
Este peludo cangrexo, cientificamente coñecido por Kiwa Hirsuta, é un crustáceo que se descubriu relativamente hai pouco, no ano 2005 nunhas fontes hidrotermales a 2.300 metros nas profundidades do océano da illa de Pascua.
O seu tamaño oscila os 15 centímetros de longo, é cego, ten unha tonalidade esbrancuxada e atópase cuberto por uns filamentos sedosos que están cubertos de bacterias.
Aínda que aínda non se coñece moi ben a función destas bacterias, crese que serven para evitar que o cangrexo se intoxique coas sustancias venenosas dos minerais que o rodean.
28. Dragóns de mar
O dragón de mar foliáceo é unha especie pertencente á familia Syngnathidae e o seu aspecto é un dos máis elegantes dos océanos.
A súa distribución alberga as costas este e sur de Australia e atópanse en perigo de extinción. Do mesmo xeito que moitos outros animais, tentan mimetizarse coa contorna e por iso o seu corpo parece estar formado por algas mariñas.
O seu parecido ao mítico elefante voador fixo que o Grimpoteuthis, pertencente ao xénero dos moluscos cefalópodos da orde dos octópodos, sexa máis popular polo nome de polbo Dumbo.
Este animal posúe unhas aletas na súa cabeza que ao impulsarse ao nadar, parece que está a voar do mesmo xeito que elefante de Walt Disney.
O seu tamaño pode chegar aos 20 centímetros e vive en zonas de entre 3.000 e 5.000 metros de profundidade nas profundidades do océano de zonas como Filipinas, Nova Zelandia, Australia e Papúa.
Este animal vive a unhas profundidades superiores aos 600 metros e o seu tamaño oscila ao redor duns 15 centímetros.
O Argyropelecus gigas ten unhas interesantes características que o axudaron a adaptarse ao fondo mariño, e é que é capaz de facerse practicamente invisible.
A súa cor escura permítelle mimetizarse á perfección e o seu órgano fósforo que emite luz, recrea uns reflexos similares aos que ven se se mira á superficie da auga cando se está mergullado.
Desta forma, o peixe machada aproveita esta gran vantaxe para que as súas presas non lle vexan e queda asexando mirando cara arriba ata que detecta mediante o contraste da luz unha presa á que devorar.
Quenlla anguía
A quenlla anguía (Chlamydoselachus anguineus) é considerado un «fósil vivente», pois é unha das especies máis antigas da terra, que apenas presentou cambios durante a súa evolución desde a prehistoria.
Destaca por ser un animal alargado e grande, cunha media de 2 metros de lonxitude, aínda que existen exemplares que alcanzan os 4 metros. A súa mandíbula, con 25 fileiras con 300 dentes, é especialmente forte, o que lle permite comer presas de gran tamaño. Por último, teñen 6 aberturas branquiales, nada coa boca aberta e a súa alimentación céntrase en peixes, luras e quenllas.
O peixe víbora do Pacífico (Chauliodus danae) ten uns dentes irregulares e extremadamente afiados, dun tamaño tan esaxerado que apenas pode pechar a boca. Este peixe das profundidades mariñas ten unha lonxitude máxima de 25 centímetros. Percorre profundidades de ata 4.400 metros e atrae ás súas presas cos fotóforos bioluminiscentes do seu ventre.
Caulofrino con aletas de abanico
(Caulophryne jordanin), un peixe que mide entre 5 e 40 centímetros e ten unha boca xigante con dentes afiados e aterradores. Este ser de aspecto de globo está provisto de órganos sensibles en forma de espiñas que lle serven para detectar os movementos das presas. Asimismo, a súa antena sérvelle para atraer e pescar ás súas presas. O peixe atópase principalmente na zona batial a profundidades que oscilan entre os 100 e os 1.510 metros.
O seguinte animal do noso lista de animales das profundidades mariñas é o Anoplogaster, o único xénero de peixes da familia Anoplogastridae. Adoitan medir entre 10 e 18 centímetros de lonxitude e mostran uns dentes desproporcionados en comparación co resto do corpo. O anoplogaster non ten a capacidade da bioluminiscencia, senón que a súa forma de cazar consiste en quedar quieto sobre o fondo mariño ata que unha presa aproxímese e detéctea polos seus sentidos.
Peixe dragón
O peixe dragón (Stomias boa) ten un corpo aplanado e longo, de entre 30 e 40 centímetros de lonxitude. A súa boca, de grandes dimensións, conta con dentes longos e afiados, tanto é así que algúns exemplares non son capaces de pechar as súas bocas completamente. Atópase a unha profundidade de ata un 1000 m. Aliméntase de peces e crustáceos.
O diaño negro (Melanocetus johnsonii) é un rape abisal de 20 centímetros que se alimenta principalmente de crustáceos. Habita as profundidades mariñas de entre 1.000 e 3.6000 metros, chegando a alcanzar incluso os 4.000. Posúe unha aparencia que algúns consideran temible, ademais dun aspecto gelatinoso. Ten unha especie de antena (espiña modificada da súa aleta dorsal) sobre a súa cabeza que brota do seu rostro en forma de cana, repleta de bacterias que se acenden e que se ilumina como reclamo para atraer peces que confunden este órgano con vermes ou outro organismo, sendo capturados cos seus grandes dentes para evitar que a presa se escape.
Este diminuto cefalópodo (Vampyroteuthis infernalis), perfectamente cómodo a profundidades de 3.000 metros, vaga pola escuridade cuns ollos que, en proporción co resto do seu corpo, son os máis grandes de calquera animal do planeta. Esta especie recibe o seu nome polos seus escuros brazos, que conteñen membranas e que a lura vaimpiro utiliza a modo de capa para envolverse.
Baixo o termo de «polbo Dumbo» se designan aos animais das profundidades mariñas que pertencen ao xénero Grimpoteuthis, dentro da orde dos octópodos. O nome está inspirado nunha das características físicas destes animais, que posúen dúas aletas sobre a súa cabeza, do mesmo xeito que o coñecido elefante de Disney. Con todo, neste caso, as aletas axudan ao polbo Dumbo a propulsarse e nadar.
A quenlla trasgo (Mitsukurina owstoni) é outro dos animais das profundidades mariñas que máis adoitan sorprender. Esta especie pode chegar a medir entre dous e tres metros, con todo, destaca pola súa mandíbula, repleta de dentes moi afiados, así como a prolongación que sobresae da súa cara.